Caminando, andando o como quieran decirle al reflexivo acto de mover las piernas para avanzar sobre la tierra, descubrí que las grandes ciudades están hechas más para los autos o coches, que para los peatones.
Estaba en Avenida de América, relativamente cerca de la casa de mi amiga, que sería mi destino. El autobús se demora en ese trayecto unos 5 minutos desde que arranca. Yo dije.. voy caminando.. total, tengo como una hora. Eran las 9:10 y tenía que llegar a las 22:10.
Mi complicación era cruzar la Avenida de América, y la M-30 a pie. Vienen a ser como cruzar una GRAN AVENIDA y una AUTOPISTA ENORME... Pero pensé.. habrá puentes, calles para cruzar.. no sé.. estará preparado para el aventurero peatón...
En 15 minutos llegué al punto neurálgico de mi camino. El cruce de las dos avenidas.. Yo estaba ubicada digamos que en el vértice inferior derecho, y solo quería estar en el vértice superior izquierdo. De esa manera, en otros 10 minutos estaría en mi destino.
Intrépida como soy.. miré la Avenida de América.. pensé que tendría una senda peatonal para tomar el mismo camino que toman los autos.. pero no! Sólo había una especie de borde de seguridad para los conductores que vienen a más de 100km/hr, comunmente llamda banquina. Intenté ver si había un puente que cruzara la M-30, paralelo a la ruta de coches... lo que me llevaría al vértice derecho superior.. Pero caminé caminé y el camino me llevaba a la derecha, veía que me alejaba de los autos que cruzaban tan recto y fácil ese vértice... y me encontré con un parque.. pero no había NINGUN MALDITO PUENTE cerca.. dije.. nop. por acá pierdo más tiempo y me alejo de la izquierda a la que quiero llegar...
Retrocedí.. debo aclarar que de muy mala gana, porque iba cargada con ordenador en la espalda, y bolso de viaje poco ligero en mis manos y colgado de un costado de mi cuerpo. Regresé, como decía, al punto neurálgico de mi trayecto. Volví a asomarme por la Avenida que me cruzaría recto hacia donde quería ir... miré la banquina.. pero dije.. "no María, no es hora de hacerte la loca... sos una persona madura, dejaste de ser kamikaze el día que te dio temor tirarte en paracaídas, imposible ir por ahí". Entonces, encontré el puente que me cruzaba del lado derecho al izquierdo.. Bueno... en el peor de los casos me tomo un taxi. Igual tenía tiempo, mi reloj marcaba las 9:35... Sin embargo, había algo raro. Los muchos hoteles y edificios que tienen relojes digitales de luces rojas me indicaron que eran las 22:05... WHAT?? imposible.. están locos.. qué se creen? que mi reloj atrasa?!?! NO! no vaya a ser que el mundo se me adelantó 30 minutos!! Miré mi móvil.. y efectivamente .. el mundo se había adelantado 30 minutos!!
Por suerte, previo llamado a mi amiga, quien me concedió un "time extended" como en los videojuegos, mi proyecto de peatón empedernido seguía en pie.
Caminé por el lado izquierdo.. era de noche.. estaba cargada con mis alforjas.. Decidí preguntarle a uno de los tantos personajes deportivos que volvían de correr (mientras pensaba, qué bien toda esta gente hace ejercicio, yo debería hacer lo mismo) "Hola, perdona, cómo hago para cruzar la M-30?"
Qué? quiéres cruzar la M-30 a pie? Sí..
bueno sígueme.. caminamos un poco, la muchacha andaluza muy maja, me indica:
Por esa callecita, luego a la izquierda, y bueno... no sé.. vas sola, es medio oscuro.. fíjate si hay alguien.. y cualquier cosa... Entonces me miró, yo con ojitos así... y más cargada que los reyes magos el 5 de enero le digo: "¿mejor me entrego no?" Jaja.
No, noo.. cualquier cosa gritá...
Partí hacia el callejón oscuro... (esta es la parte en que mi madre dirá.. no hagas locuras hija... pero son recursos literarios má... es para darle más dramatismo) Por suerte no estaba ocupado por maleantes.. había dos estudiantes que se dirigían al mismo lugar que yo... Crucé la M-30 y a lo lejos a la derecha veía la Avenida de América que era mi camino más directo... Ya he alcanzado mi vértice superior izquierdo, pero MUY izquierdo.
Caminé, hacia la derecha... y pregunté.. “Señor.. la calle R.de A.?”
Es ésta me dice... Y yo que estaba medio perdida pero sé leer y no soy tan tonta.. le dije… “Mh.. me parece que no eh.. Mirá el cartel, dice Rodrigo Benítez, estoy perdida, pero por el momento puedo leer bien, jeje”
Ah.. uh.. salgo recién de la oficina.. (yo pensando estás bueno, y trabajás hasta tarde, me das tu teléfono?)
Claro, esta es Benítez, pero R..de A. es la misma calle pero después de la curva y un poco más arriba.. "Bueno, muchísimas gracias" (pedime el teléfono, pedime el teléfono)"chau"
Bien. ya me puse a caminar con la certeza de llegar a mi destino en 10 minutos. Mientras, iba pensando lo diferente y divertido que hubiese estado preguntarle al hombre cómo se llamaba... o directamente... darle el teléfono.. y reflexionaba que nunca lo haría.. creo que nunca sería capaz de ser tan directa y atrevida con un hombre así en el medio de la calle, aunque más de una vez lo pensé. Y seguí mi paso entre pensamientos, sueños, ideas, y el cansancio de mis pies, el peso a mis espaldas...
Llegué a destino una hora y 20 más tarde de lo que pensaba... Pero 30 minutos me los robó el mundo.. o mi reloj. Así es que fue una bonita experiencia... querer atravesar andando lo que no está hecho ni pensado para el peatón.