Acabo de volver de Marrakech, una ciudad mágica, caótica, deteriodada, ancestral, enigmática, un laberinto en el que descubres a cada vuelta un aspecto nuevo.
Es la segunda vez que la visito. Me resulta familiar, pero aún así no vuelve a ser la misma ciudad. Hay varios puntos de referencia pero no son de ayuda si estás entre callejones alejados del Zoco. Un arco lleva a una callecita, que conduce a una casa por la que logras salir a través de un túnel, que haciendo un codo te lleva a la calle del hostel. No pierdas de referencia los faroles, arcos y túneles porque puedes acabar en la otra punta de la medina. Los detalles de referencia son casi imperceptibles para el ojo del turista. Creo que sólo puedes orientarte si un local te facilita las claves exactas... Así me pasó en la primera visita. Vivíamos en un hostel dentro de la Medina, entre unas callejuelas del Zoco. Esta vuelta pensé que me orientaría perfectamente como aquella vez... todo me sonaba, me resultaba familiar, y sin embargo el primer día que tomamos unas calles incorrectas, no era capaz de regresa a la plaza de Jemma El Fna. La clave de todas las referencias dentro de la Medina.
La Medina es la ciudad amurallada, ahí dentro no es normal que te vendan alcohol, es la ciudad mítica, ancestral. Allí están casi intactas todas las costumbres y excentricidades para el turista, como los encantadores de serpientes, las mujeres que tatúan con henna, los puestos de dátiles, frutos secos, naranjas, las carnicerías faltas de refrigeración, las panaderías que son carros llevando panes, lo mismo que las fruterías, con bananas, manzanas, mandarinas, y alguna otra fruta, que pesan con unas balanzas a la antigua usanza....
En los Zocos, los curtidores, los que tiñen los hilos, lanas y cueros, los que trabajan en telares, los artesanos de madera, los artesanos de lámparas y espejos, los zapateros, las mujeres que preparan bijuterie... Los locales son todos prácticamente iguales, se repiten uno tras otro, aprovechando el espacio al milímetro, todo casi se te cae encima, cerámicas, maderas, espejos, lámparas, babuchas (que son sus típicos zapatitos de cuero tipo aladín), telas, pashminas, alhajas, platería, farmacias y perfumerías, especias, frutos secos, bolsos de todos los colores... Uno tras otro se repiten los colores, los olores, las formas, los artículos a la venta... Es facilísimo perderse entre tanta oferta...
Los comerciantes te invitan a pasar a cada local: "mira guapa, pasa es gratis mirar"... Miras... hay cosas bonitas... la vista se clava en algún detalle,... "¿Te gusta?" y te lo da, te lo pone en la mano... "¿cuánto quieres pagar? aquí mejores precios que en corte inglés o mercadona, más barato"... "Sólo por saber, cuánto cuesta? a precio de amigo".. Y entonces el tipo atina un coeficiente estipulando tu edad, tu género, el país de procedencia, y la cara de interés que has demostrado al quedarte ahí parada como una estatua y te dice... "500 dirhams" ... "QUÉ!!???, es una barbaridad!" Miras a tus compañeras y con cara de indignada te vas del local... porque realmente no te interesa el bolso... El marroquí, no se resigna... "No! guapa ven! ¿cuánto quieres pagar?, ¿cuál es tu precio?"... A tí como no te importa nada le dices... "60 dirhams"... "Es muy poco, ni 60 ni 500, cuánto?", "no flaco, 60 o nada, no me interesa el bolso, no lo quiero", y el tipo se va enojado, refunfuñando por lo bajo algunas palabras poco amables y en un árabe bien hermético a algún compañero que sentado en una banqueta de madera pierde el tiempo al acecho de algún turista despistado que se deje caer por el local y probablemente con un poco más suerte, logren convencerlo de gastarse unos dirhams en su tienda...
El segundo día en Marrakech ya te encuentras más a gusto. Sabes cómo evadir a los comerciantes acechadores, conoces los precios mínimos para los artículos que pretendes comprar, o al menos para los que te interesan y te gustan, y sobre todo, sabes que te quedan 700 dirhams y te dispones a gastarte hasta el último céntimo... Fue bastante gracioso regatear y reir con los comerciantes... nosotras: argentinas, pobres, estudiantes, solteras, en fin... cualquier apelación a la condición natural de no querer pagar un sobreprecio por lo que llevábamos. La verdad es que las negociaciones nos salieron bastante bien.
La primera vez que aterrizas en Marruecos crees que te metes en la boca del lobo. No conoces el idioma, estás en un sitio donde NADA te suena, nada te resulta familiar, no tienes referencias claras, casi ni ellos conocen los nombres de las calles, si no tienes mapa puedes tardar en encontrar el hotel una eternidad, y probablemente no llegues. Estás entregada completamente a la voluntad del conductor de tu taxi.... La segunda vez, ya sabes el precio exacto para que te lleven al centro, sabes cómo tratar con la gente, sabes que no son malas personas, que no te van a robar nunca, que no son agresivos, que la inmensa mayoría no beben (y eso es una gran ventaja a la hora de andar de noche por las calles). Lo único que tienes que saber es que SIEMPRE van a querer sacarte más dinero de lo que realmente vale lo que te están ofreciendo. Eso es así. Por una foto querrán un euro, intentarán cogerte la mano para enchufarte un tatuaje de henna, te pondrán sus gorros y sus serpientes en tu cuello para que una vez captada la buena onda del lugar y de la gente les dejes caer unas monedas... Nada es gratis en Marruecos... es muy barato, pero tienes que saber negociarlo... sin pena ni broncas, es así, esa es la naturaleza de Marrakech, del zoco y de la plaza Jemma El Fna sobre todo. No está bien generalizar, claro, pero esa es mi impresión....
Sería injusto no mencionar que hay un Marrakech de lujo, de placer, de relax... una ciudad que te brinda todos sus sabores, sus esencias, sus habilidades para el cuidado del cuerpo... un Marrakech menos accesible al bolsillo de las argentinas, pobres, estudiantes y solteras como fue nuestro planteo en este viaje... Siempre hay que volver a Marrakech, cada viaje es una experiencia nueva...
Les dejo las fotos de la experiencia: Segunda visita a Marrakech
2 comentarios:
hola MIB, como te dije en algun comentario de foto, me encanta este Marruecos visto desde otro lado, mas luminoso, lleno de colores (aromas que trato de imaginar). Que lugar enigmatico (como bien decis),lo tengo en mi lista de destinos soñados.Algun dia, porque no????
Te quiero y sigamos viajando con vos!!!!
Hola! pasé por aquí y recordé cuando en noviembre del 2000 estuve en Tetuán y Tanger. Esta vez me animé a dejar comentarios. Cariños. Amalia
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