lunes, junio 22, 2015

La página en blanco



¿Qué debía haber hecho  ayer cuando a las 2:30 de la mañana me desvelé y me encontré con ganas de escribir? ¿Salir de la cama y encender el ordenador? Probablemente sí... pero intento respetar la convivencia.

Hoy ya no sé si me apetece escribir nada. ¿Qué querría expresar ayer a la noche?
¿Indignación? ¿Temores? ¿Incertidumbres? ¿Alegrías? ¿Sueños? No lo sé... el momento pasó.

Nunca alcanza lo que uno hace.
Uno siente que hace las cosas de la mejor manera posible, pensando en el otro, haciendo esfuerzos o pequeños sacrificios con todo el gusto del mundo... y cuando las personas que te rodean no lo perciben así, duele bastante. ¿Cómo será la mejora manera de acercar las distintas percepciones? Convencida estoy de que se soluciona con la comunicación, el plantear las cosas con tranquilidad, el sincerarse, con paciencia y con calma, con buenas palabras. Pero a mí no me sale.

Estoy haciendo un curso de retórica porque me he olvidado de hablar bien, de expresarme, describir tanto las opiniones como los sentimientos. Es probable que la falta de escritura también influya en esta pérdida del fundamental recurso de la retórica... qué importante es saber expresarse.

Ayer estuve en el Santuario de Schoenstatt, en Pozuelo. Siempre es un refugio para mí.



3 comentarios:

Federico J. Bensadon dijo...

Muy lindo lo que escribiste. Ahora tenemos un libro para ver como hacer esto de la escritura, no? Y hay otros.... Besos

Elena dijo...

Me encanta leer tus cosas. Espero pronto un nuevo escrito. Besos

MIB dijo...

aquí siempre están mis padres comentando eh!
Me gusta que este sea un blog fantasma... así como que de vez en cuando dejo alguna señal nueva ...casi imperceptible...